EL AYER Y EL HOY DEL BARRIO INNOMINADO



Por: Juan Antonio Gómez


“La Nueve” , novela corta de Andrés Villa, constituye lo que podríamos llamar su “Ópera Prima”, su primera obra narrativa publicada. Consta de 111 páginas y está estructurada, a la manera tradicional, en 23 capítulos numerados y de extensión variada.


Lo primero que llama nuestra atención es el título y la fotografía de Portada. “La Nueve” es el título. Y aparece una foto que muestra una mano sosteniendo una pistola nueve milímetros. Este título y esta portada nos crea, de inmediato, muchas expectativas. ¿Será una novela sobre la violencia, tan común hoy en nuestras calles y barrios? ¿Será sobre las pandillas juveniles? La función de despertar el interés, la curiosidad del futuro lector, que debe motivar un buen título y una buena portada ha sido cumplida satisfactoriamente.


Lo segundo que llama nuestra atención es la ausencia de datos del autor, de uno de esos Currículum onerosos, con los cuales algunos escritores (as) parecen querer decirnos: Atención: tienen que leerme, porque YO (con mayúscula cerrada) he hecho esto y esto y esto ... Andrés Villa sólo nos muestra una fotografía suya reciente, no de Primera Comunión, ni del momento cuando obtuvo el Carnet de identidad personal, como ocurre con frecuencia en nuestro mundillo literario, sobre todo con algunas escritoras. Además de su fotografía (porque algo hay que poner en ese espacio de la Contraportada) aparece una síntesis valorativa de la obra

He mencionado este segundo aspecto, que a primera vista puede parecer ajeno o intrascendente, porque muestra, con claridad meridiana, quién es y cómo es Andrés Villa. Un hombre natural y sencillo, sin aditamentos ni egos exacerbados; que cree, como creemos muchos, que las obra debe dar la cara y hablar por nosotros y que, además, la obra debe poder defenderse sola. Por eso y conociendo a Andrés como lo conozco, sé que él no espera que yo, aquí, esta noche, frente a ustedes, haga un panegírico, una loa de él y de su novela, sino que le exprese mi honesta opinión, mis comentarios sinceros, como lo he hecho siempre que he tallereado alguno de sus textos. Y así lo haré.


Estructura: “La Nueve” tiene una estructura lineal, llamada también ab ovo, o desde el principio. Es decir: se da inicio a la narración en un momento determinado de la historia y de allí se avanza en forma cronológica. Esta estructura acerca a la novela a la narración cinematográfica, ya que, aunque se utiliza el pretérito imperfecto y el indefinido, el lector tiene la impresión, como en el cine, de que la historia está contada en presente. Además de este acierto en el uso de esta estructura, “La Nueve” , como toda narración moderna (que a mi juicio debe ser, necesariamente, cinematográfica) utiliza con mucho acierto el recurso del Flash back (o vuelta atrás) con propósitos informativos.



Narrador: El narrador utilizado en “La Nueve” es un narrador omnisciente (narrador en 3ª persona singular), la mayor parte de las veces moderado, que cumple la función de una cámara de cine, narrando lo visible de las acciones de los personajes. En otros momentos narra desde el punto de vista de alguno de los personajes de la pandilla: Dumbo, Calitín o Rogelio; o desde el punto de vista de Roberto, el personaje principal. El uso de este punto de vista (desde la visión u óptica de alguno de los personajes) es de gran eficacia para los propósitos del autor, ya que con ello logra crearnos cierta empatía (simpatía, identificación) hacia los miembros de esta pandilla, a quienes inconscientemente identificamos como “los buenos” de la historia.


Lenguaje: El uso apropiado, la recreación fidedigna del lenguaje utilizado por los chicos pandilleros es uno de los rasgos sorprendentes de esta novela, sólo comparable con la maestría con que lo hace Rafael Pernett y Morales en “Loma ardiente y vestida de sol”, guardando sólo la distancia de las épocas que se recrean en cada obra: la década de 1960 y el momento actual. He aquí algunos ejemplos tomados al azar:


- Vámonos, parece que too ta bien. (pag. 6)



-Tas ahuevao, sígueme. Vamos a conseguite una herramienta. Y además, Tabo nos va a da un montón de gramos pa’que controlemos esta parte del barrio. ¿No quieres tené lo tuyo? ¿Quieres seguir siendo un perrón? Es hora de tirarse al ruedo. (pag. 7)


Hay que destacar que el narrador, acertadamente, describe los gestos y ademanes con que los personajes acompañan sus palabras. Veamos:


“Al hablar, Tabo gesticulaba y los señalaba con los índices de ambas manos. Al mismo tiempo hacía muecas agresivas con sus labios”. (pag. 8)


Personajes: Los personajes de esta novela son, fundamentalmente, los miembros de las dos pandillas del barrio innombrado, es decir: Roberto, Dumbo, Calitín, Dorita, Titín y Rogelio, de la pandilla de la parte de abajo de la calle. Vinculados a ellos están Tabo, mayor de edad, distribuidor de drogas y el Fulo, uno de sus secuaces o secretario.


A los de la otra pandilla, es decir: a los que viven en la parte de arriba de la calle no se les identifica ni con nombres ni con apodos. Esto, como ya dijimos, es un recurso del autor para mantenernos emocionalmente alejados de ellos y para que, de manera inconsciente, los consideremos como “los malos”.


Ahora veamos algunos momentos de la historia contada.


El capítulo inicial de la novela narra el momento en que Dumbo le permite a Calitín tener en su mano por breves segundos a “la Nueve. Luego van donde Tabo, a buscar una bolsa con cocaína, para convertirse en revendedores.



Esta actividad delictiva en la que se involucran les produce de inmediato un cambio de status en sus vidas: visten bien, tienen dinero y otros muchachos se unen a la pandilla como secretarios.


Para Dumbo, Calitín y Dorita la venta de drogas se convierte en su actividad habitual, en un negocio como cualquier otro:


“Vio como Dorita manejaba con destreza un cuchillo y trabajaba con los cerros del polvo blanco, con una pesa al lado, sobre la mesa, sin importarle que Irving y Yariney, sus hijos de tres y cinco años la vieran”. (pag. 19)


La nueva actividad a la que se dedican les crea nuevas necesidades: las de tener celulares, más dinero y otra arma. Y la única manera que encuentran para lograrlo es robando.


La nueva relación con Tabo también le trae a Dumbo y a la pandilla nuevas exigencias: el pago de los favores recibidos. Tabo necesita que Dumbo le consiga un menor, para que se haga responsable de un crimen cometido por el Fulo, ya que a éste, por ser mayor, lo pueden condenar a 20 años, mientras que un menor puede salir en 14 ó 16 meses. No todo es color de rosa. Hay que pagar un precio. Y la negativa de Titín a echarse la culpa produce el primer muerto de la pandilla.


Esta nueva vida de sobresaltos los lleva a vivir al día, a no pensar en el futuro, sólo en el presente y a tener una visión fatalista de la vida. También a gastar el dinero mal habido en un consumismo frenético.


La caracterización de los personajes, su evolución en medio de esa vorágine de violencia, es otro de los aciertos notables de esta novela. Dumbo y Calitín viven cada día más atemorizados, nerviosos, casi sin atreverse a salir a la calle.


En este mundo en que los personajes viven muy a prisa, la precocidad y el interés temprano por el sexo son algunas de sus características. Jorgito, un niño de once años, manifiesta que él ya está grande. Y otro niño mucho menor expresa su interés por las mujeres.


Pero este mundo de pandillas no puede generar otra secuela que no sea una espiral de muertes. Y en la novela nos encontramos con


- los dos crímenes que comete Titín: contra un miembro de la otra pandilla y a un guardia de seguridad.

- Las muertes violentas de Titín, de Rogelio, de un piedrero, un jovenzuelo y finalmente Calitín y Dumbo.


Afortunadamente, en medio de todo este caos y destrucción hay una luz al final del túnel, constituida por:

- las influencias positivas, como la que ejerce Herminda sobre Roberto.

- Las actitudes dignas, como la de la madre de Rogelio, la de Herminda y la del padre de Roberto.


También constituyen un gran apoyo, que ayuda a salvar al protagonista, la actitud sensata de la familia de Roberto, al mudarse a tiempo del barrio, y el amor que nace entre él y Herminda.

Es de destacar el magnífico uso que hace el autor de algunos recursos propios de la narración moderna, que le dan dinamismo y calidad literaria a la obra, tales como: los flash back informativos, las elipsis, los datos escondidos.


Sintetizando, podemos concluir diciendo que en su primera novela corta: “La Nueve”, que esta noche saludamos y celebramos regocijados, Andrés Villa nos muestra el lado humano y trágico de las pandillas juveniles: sus motivaciones, sus códigos, su lenguaje; las guerras entre ellas por el control del territorio: unas cuantas calles o manzanas dentro del barrio. Y que lo hace con mucha propiedad y destreza en el manejo de los recursos expresivos. Razón por la cual ustedes harán muy bien en comprarla y leerla, ya que les hará recordar y conocer un poco más el ayer y el hoy de ese barrio innominado al que todos deseamos volver.

Ensayo leído el 16 de enero de 2,008 en la Universidad Latina, durante la presentación de la novela “La Nueve”, de Andrés Villa

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